Un paciente con dolor es un padeciente sin paciencia que acude a nuestro servicio esperando un resultado definitivo a su dolencia, dispuesto a todo para lograr su descanso, aliviar su actividad y sentirse útil.

1. INTRODUCCION

En los primeros tiempos de la Medicina, el dolor y su alivio, estuvo en la ocupación del Médico. El dolor como síntoma acompaña al hombre desde lo más remoto de la humanidad, sobre este escribieron, entre otros, Hipócrates, Pólibo y Galeno. Filósofos de la antigüedad se dedicaron a él en su obra, Epicuro solía decirle a sus discípulos: “El dolor intenso dura poco y los dolores que duran mucho, no son intensos”
Galeno asoció el dolor a la gravedad de la enfermedad como un valor importante en el proceso diagnóstico.
En Edad Media, por influencia mística se lo asoció con purificación y redención, fomentándose el martirio que exaltaba la belleza espiritual, este concepto místico religioso influye a la ciencia hasta el siglo XIX, siendo el dolor y el placer una mezcla que sobre el hombre pondría en evidencia la intención divina.
En 1894, el escritor y médico Pío Baroja culmina su doctorado con la defensa pública de su tesis: “El dolor estudio psicofísico” destaca el concepto cenestésico como origen del dolor, definiendo la cenestesia como el conjunto de sensaciones de carácter vago y confuso que originan una serie de necesidades que al satisfacerse producen placer y si no, dolor.
El dolor como el placer varía sin depender del estímulo externo prioritariamente; las características intrínsecas del sujeto y su estilo de vida son los ejes de influencia, la cenestesia es una característica que tiene que ver con la esencia misma del individuo.
Siguiendo a Baroja, para sentir dolor hay tres momentos: La sensación, la transmisión y la conciencia del dolor, que se cumplen a través de cualquiera de las vías sensitivas; llega a plantear que el dolor crónico es una entidad en sí misma, que se trata de la “Enfermedad del dolor”.
En el siglo XX, en el Tacoma general Hospital, el Dr. Jonh Bonica, anestesiólogo junto a un psiquiatra, un neurocirujano y un cirujano ortopedista, crea la primer clínica de dolor, posteriormente en su libro “Management of pain” (1953) describe la: “Epidemia silenciosa”, de su obra surge la base moderna del concepto: DOLOR CRONICO.
En 1964 Merskey define al dolor como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión hística real o potencial o que se describe como ocasionada por dicha lesión.
Ya en el siglo XXI el Dr. Rodríguez de la Serna (Salamanca – España), plantea: dolor como síntoma o como enfermedad?, generando polémica hasta la actualidad. Reflexiona en su obra sobre la importancia que los pacientes de enfermedad osteoarticular (Artritis o Artrosis) dan al dolor, por encima de la discapacidad que esta le provoca.
La experiencia clínica acorde a nuestra formación médica permite reconocer a diario que el individuo con dolor suele priorizar el síntoma y nosotros la causa, no siempre resolvemos convencionalmente la enfermedad que ocasiona el dolor y este persiste hasta el agotamiento o el final de la vida. En distintas ramas de la Medicina Interna la Unidad de dolor es la que se ocupa de la calidad de vida en el agudo, evitando que la falla orgánica (etiología del dolor) se agrave, en otras porque lo paliativo hace “vivible” el desenlace (para el individuo y su entorno).
A diario las personas consultan por el síntoma doloroso en conocimiento absoluto de la causa y en la mayoría de los casos de su solución, simplemente no desean los tratamientos convencionales propuestos, se trate de una Artroplastía o de la simple ingesta de un AINE, un sinnúmero de motivos pueden ser escuchados en el consultorio. En otros casos, la Dismenorrea, por ejemplo es asumida como algo casi normal, al menos habitual, que al cabo de algunos pocos años post menarca, la paciente opta por sufrirla ya sin medicarse.
El dolor invalida por sí mismo, sin necesidad de impedir un movimiento articular en el espacio exterior al cuerpo (medio ambiente) porque al captar la atención (distraer la conciencia, interrumpir el sueño, etc.) altera todas las facultades intelectuales superiores del individuo y ello es una forma de invalidar el espacio interior.
Tratar el dolor es un acto médico de igual responsabilidad y compromiso que cualquier otro tratamiento. La anamnesis y el examen físico constituyen la primera parte de la praxis y allí se encuentra la forma de definir el tratamiento, si a esto le agregamos que en el caso del dolor crónico el paciente a sido estudiado suficientemente por el especialista que lo ha tratado, nuestra tarea está notablemente facilitada.
La variación individual crea un problema para objetivar y mensurar el dolor como los factores que influyen desde el exterior y el complejo sistema endógeno que modula el dolor, semiológicamente se debe localizar la lesión o daño que lo produce y esto nos obliga a tener claramente diferenciado el Dolor superficial, Dolor profundo, el Dolor radicular y el referido.

SUPERFICIAL
Es agudo, punzante, urente, se origina en los tejidos superficiales o las raíces y troncos nerviosos. Se localiza con precisión el dermatoma correspondiente.

PROFUNDO
Es sordo, mal localizado, tridimensional, con frecuencia referido a estructuras más distales inervadas por el mismo segmento neurológico (esclerotoma, miotoma), cuando se origina en músculos, huesos o articulaciones profundas.
El origen visceral del dolor se manifiesta como mal localizado y con frecuencia referido. Cuando la lesión afecta las membranas serosas parietales el dolor es bien localizado.

RADICULAR
Produce dolor superficial irradiado a su dermatoma y profundo referido a su esclerotoma y a su miotoma. El superficial es de tipo banda radicular con alteraciones sensitivomotoras (zonas de hipoalgesia, hiperalgesia) con disminución o abolición de reflejos y déficit motor.

REFERIDO
Es el dolor profundo que se percibe en una estructura distinta de aquella que sufre la injuria o lesión, adoptando una distribución segmentaria, es decir en estructuras que pertenecen al mismo segmento neurológico que la estructura lesionada.Las tres partes de un mismo segmento neurológico no siempre están superpuestas espacialmente, por ejemplo el dolor referido profundo (esclerotoma, miotoma) no coincida con la distribución cutánea (dermatoma).

Presentacion